Apasionado de la Cosmografía desgranó en los liceos una impresionante carga de sabiduría que permitió comprobar que su inteligencia iba más allá del promedio nacional.
Los misterios del universo, el extraño comportamiento de los astros y las insondables curiosidades del espacio - tiempo le llevaron a reflexiones interesantísimas que le hacían disparar una catarata de argumentos ante cualquier pregunta.
Polemizó duramente con aquellos partidarios de las presencias extraterrestres en nuestro planeta cuya inexistencia procuraba demostrar con ejemplos bien gráficos.
Pasó su vida estudiando, escudriñando el cielo y desplegando fórmulas en los pizarrones de los centros de estudio, aún cuando tuvo otras actividades complementarias que también realizó con singular suceso.
Las ciencias, historia, el francés, las matemáticas y las más diversas metodologías lo hicieron alternar en instituciones internacionales mientras que también fue director de los dos Liceos de Mercedes por períodos medianamente extensos.
Su partida priva a quienes le conocieron de una mente brillante y sobre todo de una generosidad absoluta propia de quienes no reparan en brindar lo suyo para beneficio de los demás.